Soy un testigo. Un cronista sin pluma, pero con cámara.
Mi mirada se forja entre encargos comerciales, emociones cotidianas y paisajes con memoria.
De lo común a lo poético, del color al contraste, traduzco lo invisible. Trabajo con marcas que buscan identidad, con industrias que merecen estética, y con espacios que exigen ser inmortalizados.
The Heliographer no es un personaje: es mi brújula.
Es la forma en la que leo el mundo, lo encuadro y lo comparto.
No es un proyecto fotográfico.
Es lo que es.
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